3/9/07

La épica y la ética


Septiembre es un mes a la baja. La gente vuelve al trabajo, los niños al cole, la climatología se pone otoñal y los ciclistas, éxitos o fracasos al margen, llevan ya un montón de kilómetros. Con esta perspectiva organizar una carrera ciclista de tres semanas, una de las que debería atraer a más público, audiencias televisivas y estrellas rutilantes, es tarea muy difícil, y más teniendo en cuenta el denigrado prestigio del ciclismo profesional tras los casos de dopage de algunas de las estrellas más aplaudidas por el público.
Con esta tesitura no lo tiene nada fácil Unipublic para sacar adelante una Vuelta a la vez digna, competitiva y atractiva al espectador, pero también de una dureza limitada, limpia de tramposos y mínimamente rentable. Cabe decir en su favor que no son gente nada apoltronada ni resignada a conformarse con lo que la naturaleza y la UCI les han dado (cornadas), y que no hay año que no busquen fórmulas para hacer atractiva la carrera. Lo intentaron con puertos salvajes como el Anglirú, pero cuestas así no favorecen precisamente el juego limpio. Probaron con contrarelojes urbanas, pero tras el boicot de los ciclistas a aquella crono en Barcelona bajo la lluvia, mejor dejarlo; y siguen intentando descubrir nuevos puertos en territorios donde pueda crecer la afición, pero septiembre es un mes muy cruel.
En la enésima vuelta de tuerca a la búsqueda desesperada de resolver la ecuación emoción, afición, limpieza, este año la organización de la ronda española ha optado por reducir la dureza del itinerario y dejar que sean los ciclistas quienes, según su estado, ganas y clasificación, endurezcan la carrera. Y a quien pillen dopado, vergüenza y a la calle, porqué no va a tener excusa alguna. De los seis finales en alto del pasado año se han pasado a cuatro en esta edición. Se ha descartado encadenar diversos puertos de gran dureza, y de los 42 puertos solo 5 van a ser de primera y 3 de categoría especial. La etapa reina será el día 10 en Arcalís, los kilometrajes de cada etapa son contenidos y habrá dos contrarelojes estratégicamente situadas para equilibrar la general. Para atraer al público, otra de las asignaturas de la Vuelta, Unipublic ha optado por probar con finales en circuito. Vigo, Santiago, Ávila, Luarca, Zaragoza, Abantos y Madrid van a ser la prueba. Intentar hacer desaparecer recuerdos como el de aquel patético inicio de Vuelta por unas calles de Salamanca vacías, es el reto que se ha fijado la organización.
Los organizadores pueden ingeniarse mil y una estrategias, pero ellos no pedalean. Con el calendario, la participación y el dopage como amenazas, han de ser los corredores quienes hagan que la Vuelta sea interesante, emocionante y ayude a recuperar el prestigio perdido por el ciclismo profesional. En una edición en la que, como suele suceder, los corredores españoles son los máximos candidatos al podio (Sastre, Pereiro, Sánchez o Marchante con permiso de Evans o Menchov) son ellos los primeros interesados en contribuir a hacer una Vuelta interesante, competida y, sobretotdo, que contribuya a recuperar su maltrecho prestigio profesional. Los organizadores han puesto poca épica para que nadie pierda la ética. De ellos depende.

Publicat a La Vanguardia