6/4/13

Ha mort Miquel Poblet, el millor ciclista català de tots els temps i doble guanyador de la 'Volta'




Miquel Poblet (1928-2013)
En Miquel Poblet ha mort avui a l'edat de 85 anys. Professional entre 1944 i 1962, aquest ídol del ciclisme català va ser també molt estimat a Itàlia, on va córrer força anys enauadrats en equips d’allà. Va guanyar 20 etapes al Giro, 3 al Tour i 3 a la Vuelta. També va vèncer en dues ocasions a la “Volta”, el 1952 i el 1960. Va ser el primer corredor espanyol en guanyar la Milà-Sanremo, ho va fer dues vegades (1957 o1959), i també va guanyar la Milà-Tori (1957) i el Midi-Libre (1955). Te 17 títols de campió d’Espanya en diverses especialitats, tan en carretera com en pista.

Miquel Poblet, l'amo de Montjuïc
A la pàgina destinada a les històries del ciclisme de Tourmalet, podeu llegir ara mateix el relat de l'estreta relació del desaparegut corredor amb la 'Volta' a Catalunya. Cliqueu en aquest enllaç: Miquel Poblet, l'amo de Montjuïc.

Article a El Mundo de Catalunya

Mas allá de la 'Volta'
'Fue mi época’, dijo Miquel Poblet señalando emocionado y con la mano temblorosa el panel relativo a los posteriores a la guerra en la exposición conmemorativa del centenario de la ‘Volta’ Ciclista a Catalunya. El ciclista de Montcada i Reixac (Vallès Occidental) debutó en la “Volta” en 1946. En aquella ocasión Julián Berrendero, Delio Rodríguez y Fermín Trueba, el equipo Chicles Tabay eran la escuadra a batir. Bernat Ruíz, Bernat Capó y Ignacio Orbaiceta, de la U.E. Sants, habían de trabajar duro para tener alguna opción. Poblet iba de gregario. Ganó Berrendero, pero el joven novato le tomó la medida a la carrera. Al año siguiente (1947) Poblet ganó tres etapas al sprint (Vic, Tortosa y Barcelona), y aunque la competición se la llevó el líder de su equipo, Emilio Rodríguez, el de Montcada demostró que quería dejar de ser gregario. Quizás en aquellas victorias alguien ya pensó que aquel chaval podría llevar algún día el maillot amarillo del Tour. Él lo hizo en 1955; fue el primer español.
Miquel Poblet, ingresado el pasado miércoles en el hospital Quirón de Barcelona, falleció ayer a causa de una insuficiencia renal y una infección generalizada.
A pesar de tal fulgurante comienzo, con el que comenzó a labrarse el apodo de ‘la flecha amarilla’ que le pusieron cuando lideraba el equipo italiano Ignis, Miquel Poblet no ganó su querida “Volta” hasta 1952, y volvió a vencer en 1960, justo en el zenit de su popularidad como corredor. Por aquel entonces ya había ganado en dos ocasiones la clasicísima Milan-Sanremo (1957 y 1959), había entrado vencedor en la Milánm-Turín, en 3 etapas de la Vuelta, 3 del Tour y 17 del Giro. Antes de retirarse, dos años después, todavía tuvo tiempo de vencer en 3 ocasiones más en el Giro y ganar el campeonato de España.
Lo de la bici le venía a Poblet de Família. Su padre Enric tenía un taller y, a pesar de que comenzó a estudiar en la Escuela industrial de Terrassa, pronto lo dejó por los pedales. Como todos los ciclistas catalanes, tuvo que emigrar para triunfar, y en Italia halló las mejores condiciones para explotar sus cualidades de esprínter y todo terreno. ‘Si hubiera tenido un mejor equipo habría ganado más carreras’, solía decir con razón, pero sus 144 victorias no son pocas. Además, fue el primer español en lucir en las llamadas clásicas, esas largas y duras carreras de un día en las que los corredores españoles no han vuelto a ser protagonistas hasta hoy en día gracias a Óscar Freire o Joan Antoni Flecha.
En la inauguración de la exposición sobre el centenario de la carrera catalana, tras mostrar orgulloso la época de su debut, Poblet me condujo hasta otro panel, el relativo a los años a la época en que los más grandes de la historia del ciclismo, Mercks, Ocaña o Gimondi, se batieron en las carreteras de Catalunya por el maillot blanco a rayas verdes: “Esa también fue mi época, pero no desde la bici”. Y es que una vez retirado, el campeón no dudó en trabajar para que los ases del momento participaran en la que siempre fue su carrera. Y es que ‘il gato’, como también le apodaron, solo dio s brazo a torcer en un ajustadísimo final de la París-Roubaix que perdió por quince centímetros, y en la vida, como todos.
Miquel Poblet será enterrado el lunes en Montcada i Reixac, donde el pabellón deportivo lleva su nombre.